martes, 22 de septiembre de 2009

LA EXTINCIÓN DEL MACHO


Cuando no tengo absolutamente nada útil ni productivo que hacer, como todo buen guatemalteco, me acurruco en la cama y enciendo la tele. Y en una especie de estado hipnótico, mis ojos miran un par de segundos la imagen que proyecta la pantalla y luego mis dedos, sin que realmente lo quiera mi cerebro, presionan el botón de cambio de canales, los expertos de estos temas dicen que todo el mundo hace esto y que no tiene nada de extraordinario, y le llaman zapping, aunque yo mas bien le llamaría “ser autómata”.

Ayer en esas estaba, es decir, en plena “zapingneadera”, cuando me puse a ver un programa del Animal Planet, que se llama los “10 más Extremos” o algo así, el tema central era la guerra de los sexos en el mundo animal, es decir, una serie ininterrumpida de datos e imágenes donde los machos y las hembras de diferentes especies animales se dan tremendas palizas románticas en nombre de la continuidad de la especie, el programa estaba bueno, especialmente ver como esos adorables animalillos llamados demonio de Tazmania se daban tremendas tundas entre chillidos y zarpazos, o como la “bellísima” rata topo o mejor dicho “ rata embutido”, con su absoluta carencia de pelos y su atractivo color rosado lombriz, mordía y orinaba a todos sus rivales (un inexplicable antojo de comer Hot Dog). De repente aparecieron unos muñequitos humanos haciendo parodia de lo que ocurre en el reino animal desde el punto de vista humano ,me dejaron petrificado, bueno, más que los muñequitos las voz ronca del tipo que narra las casacas que hacen la gracia del programa.

Un monigote con cara de hombre se paró frente a otro con cara de mujer, sobre la mujer aparece “XX” y sobre el hombre “XY”, “changos” me dije, “seguramente se están poniendo de acuerdo con el tipo de clasificación de película que quieren ver, esa si va a ser batalla de los sexos”, pero resultó que no, el cine no era el motivo del programa. La voz del tipo dijo que esas letras que estaban encima de los monigotes eran los cromosomas (bolsitas microscopias que contienen todos los genes), y que la mujer posee dos cromosomas llamados X, y que el hombre uno X y otro llamado Y (que no es más que un cromosoma X pero en pequeñito, que conforme pasan los generaciones genéticamente se va reduciendo), por lo que los científicos especulan que de continuar reduciéndose el mentado cromosoma Y, en 125 mil años, el hombre sólo tendría un solo cromosoma el cual sería X, y como consecuencia, la existencia masculina en la especie humana desaparecería tal y como la conocemos, sobreviviendo únicamente la mujer, por lo que la humana llegaría a tal grado de evolución que se clonaría a sí misma, tal y como ocurre con un lagarto que vive en los Estados Unidos de América. Según este programa los hombres sólo seremos un recuerdo prehistórico, un vestigio peludo de la evolución “Humana” de aspecto tan feo y rudo como el de un gorila entelerido. El Animal Planet no miente.

Si amigos, tal y como lo oyeron (mejor dicho leyeron), según esta teoría genético-evolutiva, en algún momento nosotros los hombres dejaremos de existir, y las mujeres serán las dueñas y reinas del universo, tal y como si la leyenda de las Amazonas hubiese sido una profecía más que un cuento para dejar bocas abiertas, castigo divino dirán algunas, la naturaleza no se equivocan, dirán otras.

Dejando a un lado el machismo, no puedo imaginarme como sería el mundo sin nosotros los hombres, por que, dónde quedaría el football, los anuncios de cerveza, los videojuegos, Playboy, la cursilería, la industria del entretenimiento barato y vulgar, no quiero ni pensarlo. Quién chulearía las minifaldas, quien invitaría a comer o abriría una puerta cortésmente, etc.. Imaginarme un mundo totalmente femenino se me hace como algo así como si todas las Barbies tomaran las armas e invadieran el cuartel general de los J.I. Joe, pero en vez meterle plomo a los soldaditos les metieran una flor en…. la oreja para luego dejarlos muertos, cruel forma de morir.

Un mundo totalmente femenino puede que sea más pacífico, justo y limpio, pero también, mucho más aburrido, porque quieran o no las mujeres nos necesitan por nuestra: estupidez, voyeurismo, incapacidad de expresarnos, sentido del humor, piropos tipo albañil, pero sobre todo, porque por más autosuficientes que sean (con el debido respeto a las discípulas de Safo), nunca podrán encontrar un sustituto a la sensación que sienten en su corazón cuando despiertan entre los brazos (flacos o gordos o musculosos o aguados, peludos o lampiños, negros o blancos o amarillos o trigueños) del hombre que aman, ya me he puesto sentimental y eso que no he leído a Corín Tellado, o mejor dicho a Cuentín Trillado. Sólo por ese simple hecho (del abrazo), si estamos destinados a desaparecer, estoy seguro que la naturaleza nos dejará dentro del mapamundi de bestias de la tierra, y en vez de seguir encogiendo más al infame cromosoma Y tal vez encoja otras cosillas en el hombre (seguramente seremos más chaparros que las mujeres, o será que otra cosa encogerá …..¡¡¡ Nooooo, Maldita ley de la compensación!!!)

Sea lo que sea la ciencia (ficción o no) es sólo una forma de especular, porque a este paso quien quita que antes de que se compruebe la desaparición masculina, la misma humanidad se mande así misma por un tubo.

(Si tienen otra razón para que no desaparezcamos los hombres, compártanla).

(http:/wapy.ws)

domingo, 20 de septiembre de 2009

DOMINGO SIETE.


“Y yo estoy aquí borracho y loco…”, y efectivamente estoy aquí, sentado en la pequeña mesa negra (aclaro, reposando mis enjutas reposaderas en una silla frente a, no sobre la mesa), negramente desgastada que hace mi comedor-salón de reuniones de fin de semana, y también efectivamente (y no me refiero a una efectividad como la del pisto en mano) estoy borracho, pero no borracho de la sangre de los dioses griegos llamada alcohol, sino borracho de aburrimiento en estas patéticas horas finales de este día, día que, por ironía del lenguaje, la humanidad occidental ha desacertado en llamarle domingo (de origen latín dominicus, o día del Señor, o como dicen los gringos Sunday o día de o del Sol).

El día domingo tiene un origen religioso, y no podía esperarse menos, sino miren como los curas han dado por poner domingo hasta a las tortillas (Domingo de Adviento, de Cuasimodo, de la Santísima Trinidad, de la Pasión, de Pentecostés, de Ramos, etc….), y como una sombra negra que se cierne sobre todo lo religioso (especialmente lo católico), este pobre día nació con la letra escarlata sobre la frente: “ABURRIDO”. Domingo, día dedicado al señor, pero qué señor, señor del tedio, señor de la pereza angustiada por que ya viene el lunes, señor de las tardes de enchamarradas. Domingo, domingo… nombre de viejito de los de antes, nombre de chucho o de charita reducido a su mínima expresión “mingo”. Domingo tributo al aburrimiento.

No tengo realmente memoria de cuando el día domingo fue algo especial para mí, pero estoy seguro, con el mismo recuerdo que tengo que alguna vez estudié matemáticas, que en algún momento este día fue algo bueno para mis intereses, y puede que inconscientemente me esté refiriendo a aquella época en que mi abuelo, o tal vez mis padres, me daban “mi domingo” con 25 o 50 centavos para que fuera a comprar algo a la tienda de Doña Celia, recuerdo real o inventado no sé. De lo que si estoy seguro es que empecé a sentir una particular alergia por este día en particular, a partir del momento en que tomé noción del significado de los días y las consecuentes actividades que los marcan, marcas hechas con marcador de tinta indeleblemente abusiva y obligatoria que amargan hasta al más vivaracho y alegre de la cuadra: lunes, primer día de trabajo en la semana.

El domingo es rutina llevada a la máxima expresión, levantarse tarde, de goma, con inexplicable frío en las patas que acompaña fielmente las 24 horas, día de comer sopa instantánea (si se tiene la suficiente fuerza de voluntad para calentar agua, sino día de comer Tort Trix o Sabritas=¿sobritas?), de estar echado (como ternera en su pesebre), de tele, día de usar pants y chancletas, etc. Domingo día en que se rinde tributo a la madre de todas las cosas, especialmente del hecho que estemos en este mundo (porque sin ella nuestros progenitores no hubieran tenido los ánimos de hacer lo que les correspondía para nuestra existencia), y me refiero a esa madre tan fachuda, chelona, despeinada y mocosa llamada haraganería colectiva (así que mejor al Señor "busquémosle" otro día, porque sino podrían haber celos entre las deidades).

La hueva ya me ganó, así que cierro esta entrada con una sentencia digna de juez, en nombre del pueblo guatemalteco decreto que el domingo es uno de los peores inventos de la humanidad.

jueves, 20 de agosto de 2009

¡QUE VIVA KINCÓN!


Dentro del montón de tonterías que uno se puede encontrar en Internet, hoy me he topado con una que realmente me ha parecido interesante, la cual se refiere a una propuesta hecha por una firma de publicidad llamada Leo Burnett de provocar la inclusión de una nueva palabra en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, que es algo así como que la biblia de nuestro idioma.

El asunto es que a la agencia de publicidad L. Burnett, se le encargo la promoción de un Festival de Cine llamado SITGES (Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña) y de la celebración de los 75 años de haberse proyectado por primera vez la inolvidable película de ficción King Kong dentro del mencionado Festival, entonces, por algún chispazo de creatividad de los publicistas se les ocurrió que, así como varios personajes de ficción han dado su nombre para crear palabras en el español, tal como ocurrió con lolita del libro Lolita de Vladimir Nabokov, donjuán, robinsón del libro Robinson Crusoe de Daniel Dafoe, y otros casos, y que la letra K en el idioma español es muy poco utilizada, pensaron, el por qué no crear una nueva palabra que empiece con K y que además conmemore a uno de los personajes más entrañables de la ciencia ficción el cual es sin duda, el gigantesco, horroroso, peludo, y lejano pariente del hombre, King Kong.

Estos cuates definitivamente no se anduvieron por las ramas ni en las cimas de los rascacielos como nuestro querido primate, y como expertos en la publicidad tomaron la decisión de llevar el dicho al hecho, por lo que construyeron una súper promoción de esta idea, creando una página de Internet (www.kingkongparasiempre.com), la cual contiene un montón de cosas multimedia, vídeos muy cómicos (el que particularmente me ha impactado y tocado el corazón es el testimonio de Lolita, creo que todos mis lectores y tal vez alguna que otra lectora comprenderá por qué me terminó de convencer sobre la utilidad de adoptar una nueva palabra) donde diversos personajes de la vida real y de literatura hablan por qué King Kong debe ser una palabra en el español, una canción, y por supuesto el respectivo apartadito para unirse a la causa, a la cual su servidor ya ha puesto su nombre: “Zé, apoya a King Kong”.

A estas alturas de la entrada, estimad@s lector@s sólo puedo imaginar dos cosas de ustedes, una, que ya bostezaron y están desistiendo de continuar leyendo esta entrada porque realmente sólo hace referencias a disparates, o bien, ya se han preguntado qué diablos podría significar King Kong como palabra. Ya sea que pertenezca al primero o segundo grupo, quiero contarles que King Kong como palabra ya no se escribiría como lo conocemos, sino se escribiría como “Kincón”, por cuestiones obvias de nuestra pronunciación. Ahora la pregunta del millón, qué diablos significaría, pues según la idea de los cuates de L. Burnett, kincón, serviría para referirse a: “aquel prendado de un amor imposible”, situación que más de alguno si no que a todos nos ha tocado sufrir una o muchísimas veces en la vida, tal como el querido King Kong al enamorarse de la bella pero inmensamente pequeña rubia.

Bueno amig@s, por qué he decidido hacer que ustedes pierdan su tiempo leyendo todo esta tontería, pues porque, yo como cualquier buen feo de la cuadra, no puedo evitar sentirme identificado con el significado de kincón, así que he decidido tener una palabra aceptada por la Real Academia Española de Lengua que pueda expresar, sin caer en imprecisiones ni burlas, todas las frustradas emociones de un enamorado mal correspondido. Piensen la musicalidad en esta frase: “Soy un kincón empedernido” o en esta otra “Yo estaba bien kincón por xxxxx” o en esta “Está kincona por mí”, poesía en estado puro.

Hago un llamado a todo los feos, debemos luchar por tener una palabra propia que describa lo que sentimos. También llamo a la gente bonita, apoyen la palabra kincón, por que así también tendrán una nueva forma de poder referirse a nosotros sin ofendernos, como los kinconeros.

En nuestras manos está que kincón llegue a ser una palabra en el diccionario, para lograrlo no tienemos nada más que usarla, usarla y usarla en las conversiones y escritos, difundir su significado de cualquier manera, y así tal vez algún día sea tan extendido su uso que termine siendo plasmada en el Diccionario, y cuando sea así nos podremos sentirnos orgullosos de ser participes de algo que perdurará por muchos siglos y por otro lado, aunque no lo crean, una simple palabra puede crear un sentimiento de identidad nacional más fuerte.

PD.
Si tienen idea de alguna nueva palabra no duden en compartirla en este espacio. Por allí, mi querida Cica me dijo que Godzilla podría ser la siguiente nueva palabra: “Dícese del estado anímico de la mujer durante su ciclo”. Saludos.

(Imagen tomada de http://1.bp.blogstpo.com)

jueves, 13 de agosto de 2009

NUEVO VIDEOJUEGO: “YO, EN LAS CAVERNAS DE LA VIDA”.


La existencia humana se me imagina como un juego de maquinitas en el que entre más se avance más barriles y pirañas se atraviesan entre uno y los sueños. Así que la vida al final de cuentas no es más que ir de Mario Bros saltando entre abismos y tortugas para alcanzar el beso de esa miseria existencial llamada éxito. Sin embargo, sea lo que sea el fin de la vida humana, vista desde la perspectiva de un videojuego, tiene por decirlo de alguna manera, sus truquitos que pueden ayudar a alcanzar lo que se anhela.

Siguiendo está temática de los videojuegos permítanme presentarles la más nueva aventura de nuestro querida y simpática mascota llamada Yo; aventura titulada “Yo, en las cavernas de la Vida”. Esta nueva aventura de Yo se desarrolla en los más peligrosos rincones de la vida en sociedad, teniendo por objetivo superar 5 niveles cargados de ironía, humor negro y, peligrosos y ridículos atrancazones existenciales, con el único objetivo de poder llegar a las Bahamas y descansar la mente mientras se disfruta de las más preciada obra literaria de cualquier biblioteca, llamada “Mi Vida”.

Tal y como dije, esta aventura tiene 5 niveles, los cuales fueron inspirados en la sabiduría de la tribu Fante que habita en un país del África llamado Ghana (que conste, no estoy haciendo propaganda a la partida de sapos y arañas de la Gran Alianza Nacional, ni tampoco estoy hablando casacas). Cada nivel presenta diferentes dificultades, sin embargo, pueden ser descritos así: Nivel 1. Dignidad. No sirvás de alfombra de los que están en mejor situación que vos porque si lo hacés únicamente lograrás pasar de alfombra de lobby a alfombra de penthouse. Recordá, si te gusta andar con la cabeza agachada corrés el riesgo de atragantarte con un terrón de tierra o algo mucho peor. Nivel 2. Confianza. Vos sos vos, y como vos nadie igual, que la gente piense y hable lo que quiera, pero creé en lo que te dice el corazón. Sos dueño de tus actos, no de los resultados, hacé lo que tengas que hacer y que no te importé si el mundo te corresponde con una caricia o con una patada donde apenas si te pega el sol. Nivel 3. Valor. Si el chucho callejero y rabioso de la vida se te tira a la mitad de noche no te le corrás, porque es más rápido que vos y te va a alcanzar, mejor pónetele enfrente, arremángate el pantalón y con un gesto dulce ofrécele el camote (pantorrilla), así cuando confiado se acerque para morderte le das con la otra canilla una tremenda patada en el hocico. Nivel 4. Compasión. Como va a ser que te de ternura y sentimiento sobre protector una foto de gatitos metidos en un canasto o una presentación ridícula de PowerPoint que hable de la amistad, mientras que, cuando estás metido en clavos lo único que pensás de vos es “por qué soy tan burr@” o “por qué a mi”, púes dejamé decirte, que el verdadero gatito, perrito o lo que sea sos vos al final de cuentas, así que a la próxima cosa que te pase, date tiempo de darte a vos mismo una caricia en el rostro diciéndote a ti mismo “todo lo que me pasa es porque me lo he buscado de una u otra manera. Toda entrada tiene un salida”. Nivel 5. A darle con todo a la piñata. Vos sos el niño goloso y la piñata es la vida, así que con tu actitud dale hasta reventarla y luego cómete los mejores dulces que te pueda ofrecer.

Bueno ami@s, espero que con esta presentación les haya despertado su atención en este nuevo videojuego, que muy pronto podrán adquirirlo, cuándo, pues será cuando ustedes decidan asumirlo. Hasta la próxima.

(Imagen tomada de www.videogameconsolelibrary.com)

martes, 28 de julio de 2009

PRIMERAS IMPRESIONES DE LA SOLEDAD (PRIMERA PARTE)


Sé que para algunas culturas, especialmente las de origen anglosajón ó caucásico, el dejar el hogar a los 18 o 19 años para ir al College o a la Universidad es algo normal, pero para culturas como la nuestra, es decir, la guatemalteca, dejar el hogar familiar sólo es permitido bajo dos puntos de vista, el primero, por matrimonio, para terminar incómodamente, en la casa familiar de la pareja la mayor parte de las veces; y el otro, por estudio, trabajo o cualquier otra situación similar. Si no estamos bajo estas circunstancias, la mayoría de guatemaltecos, estamos mal vistos, a los hombres se nos toma de borrachos libertinos, y a las mujeres como carentes de moral, así que por convencionalismo social nos tenemos que quedar en el nido familiar hasta bien entrados los 30 o 40 años, y si no nos casamos o nos vamos por trabajo o estudio en ese rango de edad, seguro que nos quedaremos por toda la eternidad como un mobiliario permanente, como si fuésemos una puerta o un inodoro, cuidando la desvencijada casa familiar, e instalados en un nido-cueva como pichones grandotes, panzones y grotescos pidiendo constante alimento y dinero para comprar cigarros y guaro, a los ancianos padres, con el riesgo de ser tachados en la terrorífica categoría de “vestir de santos” o el “Soltero maduro hueco seguro”. La mayoría de los que se quedan a tan alta edad en su casa, tienden a padecer de una extraña alergia a los benignos rayos del sol de las primeras horas de la mañana y por ende padecen fuertes comezones cuando tienen que acudir a actividades tan inhumanas y crueles, llamadas trabajo, es por ello que se dedican con un entusiasmo inusitado a ser testigos presenciales de lo que ocurre en el parque más cercano (no puedo evitar pensar que quienes se quedan más allá de los 30 años en la casa familiar, les gusta vestir con camisa tipo polo blanca a rayas, pants de El Zeppelin, mocasines con flequitos al frente, y calcetines blancos, y en casos de extremo frío un suéter de lana o chumpa de nylon con algún estampado de la NBA; en el caso de las mujeres es más difícil determinar la moda, así que lo dejo a criterio de quien este leyendo esta entrada).

La semana pasada tuve las reflexiones antes dichas, y me angustió sobremanera pensar que debía vestir pants de El Zeppelín, ya que además de ser tremendamente feos, ya no se encuentran con tanta facilidad, así que sin darme tiempo a mi mismo para recapacitar sobre lo que implica abandonar el hogar, abrí bien los ojos a los anuncios de “SE RENTA…” pegados en las paredes de la calle, y para sorpresa mía, en una de las calles más antiguas y emblemáticas de la desordenada y desequilibrada Xela, vi con la misma emoción que siente una pulga al ver una rolliza canilla, el letrero verde con letras color azul que decía “SE RENTA APARTAMENTO LLAMAR XXXX-XXXX”, no lo dudé, marqué el número telefónico, y como es en todos estos casos, me contestó una voz de comerciante de ultratumba que al principio me pareció grosera pero después sólo cruel. Con nerviosismo, como si estuviese confesando un vergonzoso pecado o dando explicaciones por no haber usado desodorante en una tarde calurosa, pregunté sobre las condiciones de renta del apartamento, las cuales me parecieron un poco desfavorables, pero por alguna razón, dije que quería llegar a conocerlo. Que puedo decir, el día que me presentaron el apartamento, me enamoré de sus paredes tenues, sus puertas oscuras, su definido contorno vacío, y su aroma virginal de apartamento recién construido. Ese mismo día decidí que lo quería para mí, que era el espacio que toda mi vida había estado buscando, y que fuera lo que fuera yo iba a luchar por poseer su arrendamiento. Cuando anuncié la noticia de mi futuro compromiso e independencia a mis padres, para sorpresa mía (imaginaba ruegos y un llamado a la reflexión) me dijeron que estaba bien, que yo sabía lo que hacía, tanto me extrañaron que al día siguiente de haberme ido lo llenaron de trapos y cosas viejas que ya estaban estorbando en la casa, fue una buena decisión.

Endulce las perspectivas dinerarias del dueño del apartamento quien aceptó hacerme le entrega oficial de mi paraíso personal, así que a los pocos días, subido en un pick-up Toyota, de esos viejos, viejos, viejos conducido por una persona igual de desvencijada, con mi cama, unos sillones un poco somatados pero muy queridos, mi tele, el PS2, y una bolsa de nylon llena de calzoncillos, descendí sobre mi tierra prometida, pero como no hay conquistador sin tripulación o ejército, a la par mía descendieron también los valientes caballeros de la “Mesa del Rincón”, quienes llenos de valentía y misticismo, una vez acomodados los sillones, abrieron un deslumbrante cofre de plástico color amarillo con el estampado “Súper Tiendas Paíz”, y elevaron al hacia el cielo, el misterioso y dorado elixir de la sabiduría y la jovialidad llamado “Gallo”. Mi nuevo hogar fue ungido hasta el amanecer con los vapores etílicos mezclados y el aroma de colilla rancia de cigarrillo. La bendición estaba dada.

Al día siguiente, me percate que era obvio que la responsable del edificio, no era muy creyente de las bendiciones y ritos iniciáticos de los amigos, porque al no más verme me acorraló, y sin mediar palabra, comenzó a azotarme con moralismos e imprecaciones divinas, advirtiéndome que si continuaba con ese tipo de costumbres se vería obligada a desterrarme del paraíso, con la afrentosa marca de fuego en la frente: “Tuvo que regresar a su casa con la cola entre las patas”. Yo no rogué, no demostré ni la más mínima emoción, soporté cada azote y malos deseos con estoicismo, así que sin mediar palabra más que la típica disculpa: “Perdón, no lo vuelvo a hacer”, me encaramé sobre mi semi-brilloso y semi-oxidado corcel de casi treinta años, y emprendí la búsqueda de aventuras en mis nuevos dominios, es decir, fui directo al supermercado a buscar algunas cosillas que son necesarias tener siempre en el castillo: papel higiénico, cenicero, vasos, limones, escoba, pasta dental, sopas instantáneas Ramen (pequeño detalle olvide que para calentar el agua de la sopas se necesita de agua purificada o cuando menos de estufa para hervirla, así que ese día me quede sin comer).

Ya instalado en mi nuevo apartamento, sonreí con satisfacción, me imagine diciéndole esa misma noche a todo el mundo, “tengo apartamento”, volví a sonreír, ahora me dije a mi mismo: “seré sinónimo de estatus, libertad, independencia, libertinaje, y hegemonía universal, bueno, al menos dentro del círculo de amigos”. Ya con esa confianza plena que da sentirse el Master of the Universe, decidí, ya entrada la noche, salir a tomar un par de chelas con el Maestro de Maestros, y mi amiga K. Ya en el bar, el cansancio descendió de un solo golpe, y comencé a sentir el peso de la decisión de abandonar el hogar. Un abismo se abrió sobre mi cabeza, un abismo donde corrían imágenes de cuando era niño, recuerdos de adolescencia, momentos de alegría y risa con mis padres, y mi habitación. Algo comenzó a dolerme dentro de la mente: los recuerdos bellos. Temblé de frío, y comprendí que había cortado de manera definitiva el cordón umbilical. Mi corazón, comenzó a forcejear dentro mi pecho, se inquietó, me insultó, aborreció estar controlado por una mente que sólo quiere libertad. Desfallecí interiormente, nunca antes había sentido la soledad existencial, y tuve necesidad de un abrazo el cual nunca llegó.

Continuará.

(Imagen www.lalectoraprovisoria.wordpress.com autor Carlos Masoch)

martes, 7 de julio de 2009

LOS BICHOS RAROS DE ZÉ


La galleta de la fortuna.
Nadie puede resistirse a quebrar una de las llamadas galletas de la fortuna, tentación aún más difícil de soportar si la masa de la galleta aún resplandece de fresca, tiene una textura firme y promete un delicioso ¡¡crak!!, cuando se parte a la mitad. Tus ojos se enfocan en el delicioso comestible dueño de tu futuro, tus manos se tensan, miras alrededor con grandes ojos y sonríes, tu destino será revelado y las cosas de ahora en adelante serán mejores y todo por Q 1.50. Un tímido y definitivo ¡¡crak!!. Tus manos crispadas se sacuden de arriba abajo. ¿Cómo puedes interpretar que en vez de un papelito salga huyendo una cucaracha?.

Días Libres.
Los días de descanso son peligrosos para los sistemas económicos, no porque sean días poco productivos, no porque el pueblo esté de resaca por la noche anterior, no porque sean días perdidos sobre la cama o frente a un televisor o en el facebook, ni tampoco porque los niveles de pereza son más altos de lo normal. Los días de descanso son peligrosos porque son los días en que nos damos cuenta que los días de trabajo son una forma tímida y cursi de esclavitud.

Profesional liberal.
Te dices llamar profesional liberal queriendo hacer referencia a que eres tu propio jefe, pues lo siento, tú no puedes hablar de liberal en el sentido de libertad cuando toda tu vida te has sometido a la rigidez del convencionalismo, al filo de la moral que te ha sido contagiada, a la ranciedad del saber, y a la deschavetada carrera de bestias babosas que se dirigen hacia el corral de éxito. Tal vez podés hablar de que sos un profesional pero a secas, pero jamás podrás decir que sos profesional liberal=libertad, a menos que algún miércoles te atrevás, aunque sea una vez y sin ningún motivo, a quedarte en cama hasta el mediodía.

El costo del desarrollo.
Para ir de mi casa a mi actual trabajo, se necesitaba por lo menos de 45 minutos, pero ahora, con la construcción de la nueva carretera, sólo me toma 10 minutos para llegar a mi destino diario. Antes tenía que recorrer caminos mal asfaltados e incluso de terrecería que me dejaban molidas las nalgas, sin embargo, reconozco que eran caminos nobles y agradecidos que me recompensaban con paisajes apacibles, llenos de árboles y vida silvestre. Hoy la carretera se adecua más a la vida moderna de ir entre 100kmh y 120kmh, y eso está muy bien, incluso me ha dado la oportunidad de ver por primera vez en mi vida una ardilla en libertad, lástima que sólo fue por menos de un segundo, porque después de que el bus en el que iba pasara cerca de ella, sólo quedó una mancha impresionista rojo y pardo adherida en el asfalto de la carretera.

Antídoto para acabar con existencias vacías.
Sabía que las respuesta a mis dudas se encontraba dentro de ese cajón, estaba seguro que allí había un escrito maravilloso o un fajo de billetes de cien, que si bien no resolverían mis problemas ayudarían a no sentirlos tan pesados. Abrí el cajón, la intuición no me falló, adentro había un sobre de papel Manila sellado que contenía una pequeña caja de latón, lo palpé por unos segundos, lo alcé, y para mi sorpresa la pequeña caja era más pesada de lo que creí inicialmente, acaricié con mi mejilla su cubierta. Las manos me temblaban, porque sabía que allí estaba la respuesta. Busqué las tijeras, corté lentamente el papel amarillento, y extraje la pequeña caja de latón. La cajita tenía impresas en letras muy pequeñas, un mensaje indescifrable: “Viên nén: "Nếu bạn thấy rằng những gì được tìm." Antidote để kết thúc cổ phiếu không có sản phẩm nào”, no entendí nada, pero igual, anoté en un post-it lo que decía con el propósito de investigar su origen y contenido, y la volví a guardar. Han pasado cinco años después de esa experiencia, y durante ese tiempo jamás ha dejado de acompañarme el post-it, adherido en mi billetera. Ahora estoy trabajando en una Escuela de Español en mi ciudad, y a cada extranjero que conozco le pregunto sobre si reconoce el origen y el significado del misterioso mensaje, ninguno ha sabido responderme, a excepción, tal vez, del viejo Rubén, quien con su amable sonrisa y unas palmadas en la espalda no me dijo nada. Debo admitir con resignación mi curiosidad infructuosa, pero también tengo que reconocer que diga lo que diga el mensaje ya no importa, la búsqueda me ha dado el deseo irrefrenable de vivir por encontrar su significado.

(Imagen tomada de www.jorgeletralia.blogsome.com autor Luis Scafati)

jueves, 18 de junio de 2009

IDEAS QUE VIENEN CON EL MOMENTO.

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Escribir sobre la “hoja en blanco” es un síntoma de mi resfriado creativo, es mi excusa cortés para decir que hoy las palabas decidieron no levantarse de la cama. Escribir sobre la “hoja en blanco” es mi expresión más desesperada que trata de enfrentar la angustia de no decir nada. Está “hoja casi en blanco” alienta mi compromiso de ser escuchado aún cuando sea el silencio mi lenguaje.

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Hay días que definitivamente no deberían serlo, por ellos sería buena idea, a manera venganza, que en las hojas de calendario a la par del día se tuviese un espacio en blanco entre comillas: Jueves 18 “fangoso, truculento, desabrido, pegajoso, inflamado, porquería, jueves del nabo”. Si descuento estos días de mi vida ¿qué edad tengo realmente?.

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Hoy necesito ser abrazado, no por falta de cariño, sino por necesidad de sentirme alguna vez anclado en un punto fijo y eterno.

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Los ladridos de los perros en la madrugada son realmente los balbuceos de los corazones adormecidos que desean callar el inevitable temor que regresa con el día.

jueves, 11 de junio de 2009

MI VOCACIÓN ES...


Hoy tomo este espacio para hablar de mí, así que bostecen de una vez y acomódense porque a partir de ahora me pondré “sentimental”…. De muy pequeño, dígase, a los 3 ó 4 años de edad, decidí que mi vocación iba a ser la de “fenómeno” de circo, por alguna razón me gustaba la idea de ser diferente a todos los demás, estar encerrado en una habitación pequeña y oscura, y que la gente se asombrará al conocerme. Todo lo que me rodeaba era tan emocionante y mi modelo a seguir: el incomprendido personaje “Animal” de los Babies Muppets. Un tercio de vida después, dígase a los 5 ó 6 años de edad, decidí que mi verdadera vocación era la de “palontólogo” (palabra infantil para expresar paleontólogo), es decir, quería ser experto en palos, ramas, ocote, leña y de ser posible buscador de huesos de dinosaurio enterrados bajo mi casa, deseaba recorrer el Amazonas y luchar contra la mítica Anaconda y la Lechuza Gigante que se lleva a los niños mal portados, pero al mismo tiempo quería tener la profesión de El Principito, porque me fascinaba la idea de habitar un planeta para mí solo, así que solía ponerme una batita color azul con bordes rojos, tomar una lupa y pararme sobre un block de concreto hasta quedar totalmente agotado de aburrimiento. En el lapso de los 7 a 9 años de edad, quise ser Rambo, Rocky, Centurión, Astronauta, Soldado de Plomo, Largo (el de la familia Adams), etc., sin embargo, un día, sin mayor motivo tomé la engrapadora de la casa, tijeras, lápices, plumas, marcadores subrayadores y hojas de papel bond tamaño oficio, todo lo ordené meticulosamente sobre una mesita y comencé a redactar contratos para que mi papá me diera dinero para comprar algún juguete, creo que a partir de ese momento el dios egipcio Thot (dios de los escribas y la comunicación), decidió subirme en sus hombros y mostrarme el mundo de la Abogacía y el Notariado pero sobre todo el poder de la escritura y la comunicación.

Ya de adolescente, decidí recorrer el universo y para el efecto, tomé el propósito de convertirme en un talentoso ingeniero nuclear y descubrir un nuevo combustible que me permitiera volar más rápido que la luz y así alcanzar Naboo, Tatooine y todos los demás planetas mencionados en la Guerra de las Galaxias. Creo que esa necesidad de conocer el infinito y elevarme más allá del cielo, me llevó a la decisión de que un viaje físico hacía los confines del universo era algo poco posible y que la única forma de conocer el Todo era a través de la religión, así que decidí que mi vocación era la de sacerdote. Concurrí fervientemente a retiros espirituales, misas, y charlas de jóvenes con “vocación”, y de vez en cuando tuve uno de esos arranques de euforia que me permitía comprender el significado de todo lo que me rodeaba desde los ojos de la Biblia, sin embargo, en este punto de mi vida (16 años), tuve por decirlo de alguna manera, una revelación tal vez divina, consistente en un destello de luz que le dijo a mi subconsciente que mi vocación no era la de hombre religioso, sino la de un hombre más útil y activo en la sociedad. Tomé todos mis catecismos y los guardé en una caja para siempre. Mi instinto vocacional había claudicado y en ese punto, nuevamente Thot apareció frente a mí, pero ahora en vez de subir yo a sus hombros, él se posó sobre los míos y me aconsejó. Decidí estudiar las profesiones de Abogado y Notario.

Mi pasó por la Universidad fue sin pena ni gloria, sin embargo, mi vocación siempre osciló entre vivir de lleno el mundo legal y por otro el de la literatura, al final decidí dedicarme más a lo primero, pero sin perder nunca mi interés por lo segundo. Durante cierto tiempo, compartí con un grupo de amigos intereses literarios, organizamos algunas actividades tomando como estandarte la poesía, por qué sí ¡oh sorpresa! yo quería ser poeta, pero al final me aburrí de todo eso y decidí jubilarme prematuramente de una posible carrera literaria que nunca realmente comenzó, porque para mí los poemas se escriben con la vida no con lapiceros. Obtuve los títulos profesionales de Abogado y Notario, pero previo a hacerlo, durante la preparación de mis exámenes profesionales, soñé con vocaciones tan dispares como la de ser un pordiosero trotamundos, que gozaba de contarle a todo el mundo que en su “vida pasada” fue Abogado; hasta la de volverme un mítico Dj de Goa Trance, sin siquiera tener el más mínimo conocimiento musical. Cuando ansiás la libertad podés ser lo que querrás y aprender de ello sin siquiera tener necesidad de hacerlo realmente, fue lo que aprendí durante esa etapa de mi vida.

Ahora Thot me señala algo nuevo y creo que por fin definitivo, mi verdadera vocación es: VIVIR.

lunes, 1 de junio de 2009

NUEVOS DERECHOS HUMANOS: PROPUESTA DESDE UN LADO X


Toda mi vida he crecido escuchando que los Derechos Humanos por aquí, que los Derechos Humanos por allá, cuántas cosas no se han dicho, cuántos tratados y cuerpos normativos no se han elaborado, intentando agotar este tema, delimitando de esa manera qué principios y valores pueden ser Derechos Humanos y cuáles no, estableciendo enumeraciones muy evidentes como: “son Derechos Humanos la vida, libertad, seguridad, igualdad, justicia, paz, desarrollo, trabajo, cultura, salud, educación, emisión del pensamiento, propiedad privada, asociación, etc.”; sin embargo, en ningún libro, ni cuerpo legal he visto que se mencione tan siquiera a manera de referencia derechos que desde cualquier punto de vista son absolutamente humanos y sin los cuales no seríamos lo que somos:

1) Derecho a equivocarse.
2) Derecho a la imperfección.
3) Derecho a la estupidez.
4) Derecho al borrón y cuenta nueva.
5) Derecho al mal gusto.
6) Derecho a la ignorancia.
7) Derecho a tener sentido del humor.
8) Derecho a la incongruencia.
9) Derecho a la locura.
10) Derecho al sentimentalismo.
11) Derecho a la cursilería.

Estoy seguro que si un teórico leyera esta entrada pegaría el grito al cielo, ya que mi propuesta de reconocer nuevos derechos humanos carece de cualquier “fundamento filosófico”, sin embargo, yo me fundamento en la IMPERFECCIÓN que es tan inherente al ser humano que la vida, libertad, justicia y verdad perderían mucha gracia sin su existencia.

Amigos, les invito a que propongan nuevos derechos humanos, y puede que nuestra propuesta cobre fuerza y más adelante hasta podamos hacer una declaración universal.

(Imagen tomada de www.google.com)

sábado, 9 de mayo de 2009

PALABRAS SÓLO PALABRAS (versión recalentado)

Me encuentro en proceso de depuración tanto interno como externo o como en buen chapín se dice "estoy barriendo la casa", así que he decidido incluir, con el perdón de quien ya lo haya leído, un antiguo post publicado el año pasado en un blog del cual también soy autor. Dicho post lo presento como un recalentado que seguramente ayudará a satisfacer el objetivo que busco para este espacio:

Palabras sólo palabras.
Hace algún tiempo tuve una típica conversación que comienza de forma absurda y termina en temas como la posibilidad de que las primeras horas de la madrugada puedan ayudar a conseguir la trascendencia del espíritu, y como una cosa lleva a la otra, se tocó el punto relativo a que el lenguaje tiene mucho que ver respecto al crecimiento o encogimiento espiritual del individuo, aspecto que se vio reforzado por la percepción de que nuestras palabras (en ese momento) poco a poco fueron perdiendo su lógica a tal punto que ya no las escuchábamos sino que las leíamos en una hermosa letra caligráfica sobre una hoja hecha por las vibraciones del sonido: “Las palabras castran y mutilan ideas, el lenguaje apenas si alcanza para describir lo sentimientos, las emociones, la verdad. ¿En qué momento los seres humanos decidimos ser tan sofisticados y soberbios olvidando el universal gruñido, por sutilezas como la diferencia entre sólo y solo?”... “si el hombre sigue comunicándose artificialmente se convertirá en el ser más insensible, pedante y estúpido sobre la faz de la tierra”. Y las palabras siguieron fluyendo como la inhalación de un cigarrillo sin canuto, directo hacia el paraje en que la mente no tenía retorno, hasta el punto en que daba miedo la carraspera en la garganta y ya nada importaba porque la sangre temblaba frente al peso de las obligaciones que recordaban que se vive y que quien no se mueve no come, no fuma, no bebe y sobre todo no siente. Otra bocanada de ideas, los efectos de la madrugada siguieron mitigando la insatisfacción: “Por qué no reducir nuestro lenguaje, tal como lo hizo en algún momento de la historia un pueblo, tal vez era el pueblo original, a un simple, llano y bello "inje-inje". Qué hermoso sería volver a ese estado de semi-dioses, donde el hombre conocía tan bien su propio espíritu y el del prójimo que sólo necesitaba modular su inje-inje para decir cosas hermosas como Amor-Dios, padre-madre, hombre-mujer (uniendo así palabras que jamás debieron de haber sido separadas). Estoy seguro que en esa época no podían existir las mentiras ni las hipocresías, ni los odios ni resentimientos, ni las conferencias jurídicas ni literarias, en ese tiempo no importaba la ausencia de palabras como átomo, gluón, quark, blóson, nalga, porque el lenguaje se manejaba a nivel del alma, y el ser humano era el medio por el cual el bing bang emitía su melodía más hermosa: la vida”.

Después de una tremenda goma moral, del recuento de daños en el bolsillo, raspones en los pómulos, codos y rodillas, provocados por el exceso de ideas nocturnas y de tan peculiar conversación, he comprendido que los seres humanos nos hemos desviado tanto del verdadero poder de la palabra que diariamente tratamos de diluir su fuerza con más palabras y recovecos (lingüísticos, gramaticales, etc.), olvidando que hacer más complicado el lenguaje no significa convertirlo en algo más bello o definitivo, prueba de ello es que cuando se escribió el Ramayana no existían tantas palabras como ahora, los haikus japoneses son formas de expresión muy cortas con un significado infinito; o incluso no es necesario hacer uso de muchas palabras para resolver asuntos trascendentales como cuando una mujer con el más tierno y dulce beso en la frente dice “te quiero…” o cuando con una intensa mirada se pone en evidencia el disgusto frente a determinada situación.

Las palabras complicadas no mejoran la realidad de sus locutores, sino al revés, lo alejan más y más con cada sílaba del resto de los seres humanos, porque el exceso de palabras no es sinónimo de sensibilidad humana. Quien complica el lenguaje es una persona que se considera minoría superior, postura absurda, porque quien no se hace comprender por los demás es menos que animal ya que ha perdido la capacidad de comunicarse y relacionarse con el prójimo.

La forma estética de las palabras es importante no lo niego ni me contradigo con esto, de lo contrario negaría la belleza de los poemas, de las letras de las canciones, etc., sin embargo, considero que lo que debe predominar es el fondo de lo que se quiere decir, la palabra debe volver a su estado original, es decir, ser un enlace entre lo que queremos, pensamos y hacemos, sin trampas ni atajos en su forma más simple y universal hasta llegar nuevamente al estado divino del “inje-inje”.

"En el principio era el verbo,
y el Verbo era con Dios,
y el Verbo era Dios”Juan 1, 1


Espero que este recalentado haya satisfecho el gusto de quien lo haya leído. Hasta la próxima.

EL CICLO DE LA VIDA

Durante toda mi vida escolar, con una complejidad que iba aumentando conforme los años, llevé el curso de Ciencias Naturales. Dentro del contenido de ese curso, que por cierto era uno de mis preferidos, se repetía como una especie de prólogo el tema “El Ciclo de la Vida”, el cual se reducía, con más o menos páginas, a repetir la letanía de que todo ser vivo innegablemente se encuentra sujeto a la ley de la vida que comprende cuatro momentos esenciales: nacer, crecer, reproducirse y morir. Como consecuencia de ese planteamiento tan lineal (pese a que hace referencia a un ciclo) de la existencia, todos los que crecimos con esa idea diseñamos también para nosotros un destino totalmente predecible con uno u otro agregado: nacer sanos, crecer adecuadamente, profesionalizarse, trabajar, ir a la Iglesia, reproducirse con el mejor espécimen posible, enriquecerse obscenamente, y por último, morir en el olvido. Ahora que lo pienso los libros de texto de Ciencias Naturales a través de su famoso “El Ciclo de la Vida” nos han llevado a ser un perfecto pequeño burgués con aspiraciones y destino perfectamente predecibles.

Lo anterior desde un punto de vista práctico resulta muy lógico, más no así evidente, al menos para mí no lo fue sino hasta hace poco, al darme cuenta que el destino lineal y/o burgués no va conmigo pese a que durante toda mi vida he seguido el camino que me ha señalado: nací sano, crecí más o menos bien, tengo una profesión liberal, trabajo en el campo para el cual estudie, tengo creencias espirituales…. bueno hasta ahí he llegado. Darme cuenta de ese destino o ciclo de vida prediseñado en mí, ha perturbado de manera inimaginable la concepción de mi existencia y libertad para elegir lo que quiero, porque he tomado decisiones y caminos que probablemente nos los hubiera elegido si no hubiese tenido una concepción tan lineal de la vida (buscar una buena posición social, uno o dos hijos, amorosa esposa que espere todos los días mi retorno al hogar), es decir he estado transitando el camino fácil y directo hacia el fin último del hombre del siglo XXI: ser enterrado en vida en un ataúd de oro y estabilidad. Seguramente, si las perspectivas de la vida se me hubiesen presentado más amplias no estaría debiendo frente a la vida la factura que de vez en vez me presenta cuando siento que todo lo que hago carece de algún tipo de trascendencia, ¿las demás personas también tendrán esta sensación?.

A partir de hoy, hago una promesa: crearé mis propias paradojas y destino sin necesidad de libro de Ciencias Naturales alguno.

IDENTIDAD

¿Por qué escribir?, por necesidad de expresarse, inquietud por crear universos propios, adquirir un poco de renombre en un país “en vías de desarrollo”, por matar el aburrimiento…¡no!, todo esto es falsedad, escribo porque quiero encontrar mi IDENTIDAD.

La palabra identidad está de moda en los medios de comunicación y en infinidad de publicaciones que tratan sobre las ciencias sociales. Se habla de identidad sexual, identidad de género, identidad cultural, y un infinito etcétera, sin embargo, esto para mí no tuvo más sentido que el de opinar que esta palabra y su diversidad de apellidos es algo vacío y de moda pasajera dentro de los círculos izquierdistas y de los que fingen serlo.

Hace algunos días, por un azar del destino o una predisposición divina o un simple eco de tanta bulla mental mientras transcurre una interminable jornada de trabajo matutina, tuve una pregunta un poco atípica y sorpresiva, ¿cuál es el verdadero significado de la palabra identidad, no enfocada desde el punto de vista externo o de grupo, es decir social, sino vista como algo que pertenece a mí y sólo a mí?, pregunta que resultó bastante inesperada plateármela porque yo, no pertenezco a ningún círculo de intelectuales sociales ni nada por el estilo, sin embargo decidí afrontar esa duda y consulté unos cuantos diccionarios en línea respecto al significado de la palabra identidad (como si leyendo pudiese encontrar algo cercano a la verdad), y comprendí que puede ser considerada como el conjunto de características de un objeto o sujeto que lo hacen único frente a los demás; concepto mental que me arrojó a una nueva espiral sin principio ni fin concreto, ¿cuál es mi identidad como ser humano? o mejor dicho ¿qué hace que realmente sea yo y sólo yo?.

Hacerme este tipo de preguntas es algo básico, diría algún listillo filósofo, pero para mí no lo es, porque estoy hablando de encontrar el punto vital de mis acciones y mi destino como ser humano fuera de los libros e influencia de los demás; hacerme la pregunta, en este momento de mi vida, respecto a mi identidad, plantea la aventura más grande que he emprendido, una experiencia que va más a allá de lo espiritual o intelectual que abarca lo físico, lo orgánico y por que no, lo divino.

Comienza la tarea más inútil y personal que pueda emprender: ser yo y sólo yo en este mundo habitado por miles de millones de personas.