jueves, 20 de agosto de 2009

¡QUE VIVA KINCÓN!


Dentro del montón de tonterías que uno se puede encontrar en Internet, hoy me he topado con una que realmente me ha parecido interesante, la cual se refiere a una propuesta hecha por una firma de publicidad llamada Leo Burnett de provocar la inclusión de una nueva palabra en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, que es algo así como que la biblia de nuestro idioma.

El asunto es que a la agencia de publicidad L. Burnett, se le encargo la promoción de un Festival de Cine llamado SITGES (Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña) y de la celebración de los 75 años de haberse proyectado por primera vez la inolvidable película de ficción King Kong dentro del mencionado Festival, entonces, por algún chispazo de creatividad de los publicistas se les ocurrió que, así como varios personajes de ficción han dado su nombre para crear palabras en el español, tal como ocurrió con lolita del libro Lolita de Vladimir Nabokov, donjuán, robinsón del libro Robinson Crusoe de Daniel Dafoe, y otros casos, y que la letra K en el idioma español es muy poco utilizada, pensaron, el por qué no crear una nueva palabra que empiece con K y que además conmemore a uno de los personajes más entrañables de la ciencia ficción el cual es sin duda, el gigantesco, horroroso, peludo, y lejano pariente del hombre, King Kong.

Estos cuates definitivamente no se anduvieron por las ramas ni en las cimas de los rascacielos como nuestro querido primate, y como expertos en la publicidad tomaron la decisión de llevar el dicho al hecho, por lo que construyeron una súper promoción de esta idea, creando una página de Internet (www.kingkongparasiempre.com), la cual contiene un montón de cosas multimedia, vídeos muy cómicos (el que particularmente me ha impactado y tocado el corazón es el testimonio de Lolita, creo que todos mis lectores y tal vez alguna que otra lectora comprenderá por qué me terminó de convencer sobre la utilidad de adoptar una nueva palabra) donde diversos personajes de la vida real y de literatura hablan por qué King Kong debe ser una palabra en el español, una canción, y por supuesto el respectivo apartadito para unirse a la causa, a la cual su servidor ya ha puesto su nombre: “Zé, apoya a King Kong”.

A estas alturas de la entrada, estimad@s lector@s sólo puedo imaginar dos cosas de ustedes, una, que ya bostezaron y están desistiendo de continuar leyendo esta entrada porque realmente sólo hace referencias a disparates, o bien, ya se han preguntado qué diablos podría significar King Kong como palabra. Ya sea que pertenezca al primero o segundo grupo, quiero contarles que King Kong como palabra ya no se escribiría como lo conocemos, sino se escribiría como “Kincón”, por cuestiones obvias de nuestra pronunciación. Ahora la pregunta del millón, qué diablos significaría, pues según la idea de los cuates de L. Burnett, kincón, serviría para referirse a: “aquel prendado de un amor imposible”, situación que más de alguno si no que a todos nos ha tocado sufrir una o muchísimas veces en la vida, tal como el querido King Kong al enamorarse de la bella pero inmensamente pequeña rubia.

Bueno amig@s, por qué he decidido hacer que ustedes pierdan su tiempo leyendo todo esta tontería, pues porque, yo como cualquier buen feo de la cuadra, no puedo evitar sentirme identificado con el significado de kincón, así que he decidido tener una palabra aceptada por la Real Academia Española de Lengua que pueda expresar, sin caer en imprecisiones ni burlas, todas las frustradas emociones de un enamorado mal correspondido. Piensen la musicalidad en esta frase: “Soy un kincón empedernido” o en esta otra “Yo estaba bien kincón por xxxxx” o en esta “Está kincona por mí”, poesía en estado puro.

Hago un llamado a todo los feos, debemos luchar por tener una palabra propia que describa lo que sentimos. También llamo a la gente bonita, apoyen la palabra kincón, por que así también tendrán una nueva forma de poder referirse a nosotros sin ofendernos, como los kinconeros.

En nuestras manos está que kincón llegue a ser una palabra en el diccionario, para lograrlo no tienemos nada más que usarla, usarla y usarla en las conversiones y escritos, difundir su significado de cualquier manera, y así tal vez algún día sea tan extendido su uso que termine siendo plasmada en el Diccionario, y cuando sea así nos podremos sentirnos orgullosos de ser participes de algo que perdurará por muchos siglos y por otro lado, aunque no lo crean, una simple palabra puede crear un sentimiento de identidad nacional más fuerte.

PD.
Si tienen idea de alguna nueva palabra no duden en compartirla en este espacio. Por allí, mi querida Cica me dijo que Godzilla podría ser la siguiente nueva palabra: “Dícese del estado anímico de la mujer durante su ciclo”. Saludos.

(Imagen tomada de http://1.bp.blogstpo.com)

3 comentarios:

Unknown dijo...

Como siempre Jose quiero felicitarte, por ese talento reiterado de la critica que haces a distintos sucesos de la vida

Rolando Alecio R. dijo...

Luego de lo conversado hoy, brevemente, durante el almuerzo, queda también la inquietud de recuperar palabras en desuso, tales como "disdioy" e "idiay", por eso "diunavez" las pongo, para que la idea seduzca a más de uno/a.
Como guatemaltecos, tenemos cientos de vocablos desconocidos en otras latitudes del continente. Recuerdo hace algunos años cuando trataba de explicarle a un grupo de amigos argentinos el significado y sentido de la palabra "ahorita", en comparación con el concepto que encierra el término "ahora". Les parecía francamente inútil y gracioso; por no decir ridículo. Bueno, decidí tragarme la explicación que preparaba sobre el "ahorititita", y "lueguito" me tomé otra cerveza.

José Gerardo dijo...

Gabriela: Muchas gracias por estar siempre al pendiente de mi proyecto bloguero. Tus palabras realmente me inspiran a continuar con todo esto, que aunque no lo parezca, requiere tomarse varias horas a la semana preparar cada entrada. Gracias.

Rolando: toda la razón. "orita" debemos convocar a una reunión chelera de "expertos del español chapín" y sentar las bases para que todas estas palabras perduren siempre. Salú.