martes, 7 de julio de 2009

LOS BICHOS RAROS DE ZÉ


La galleta de la fortuna.
Nadie puede resistirse a quebrar una de las llamadas galletas de la fortuna, tentación aún más difícil de soportar si la masa de la galleta aún resplandece de fresca, tiene una textura firme y promete un delicioso ¡¡crak!!, cuando se parte a la mitad. Tus ojos se enfocan en el delicioso comestible dueño de tu futuro, tus manos se tensan, miras alrededor con grandes ojos y sonríes, tu destino será revelado y las cosas de ahora en adelante serán mejores y todo por Q 1.50. Un tímido y definitivo ¡¡crak!!. Tus manos crispadas se sacuden de arriba abajo. ¿Cómo puedes interpretar que en vez de un papelito salga huyendo una cucaracha?.

Días Libres.
Los días de descanso son peligrosos para los sistemas económicos, no porque sean días poco productivos, no porque el pueblo esté de resaca por la noche anterior, no porque sean días perdidos sobre la cama o frente a un televisor o en el facebook, ni tampoco porque los niveles de pereza son más altos de lo normal. Los días de descanso son peligrosos porque son los días en que nos damos cuenta que los días de trabajo son una forma tímida y cursi de esclavitud.

Profesional liberal.
Te dices llamar profesional liberal queriendo hacer referencia a que eres tu propio jefe, pues lo siento, tú no puedes hablar de liberal en el sentido de libertad cuando toda tu vida te has sometido a la rigidez del convencionalismo, al filo de la moral que te ha sido contagiada, a la ranciedad del saber, y a la deschavetada carrera de bestias babosas que se dirigen hacia el corral de éxito. Tal vez podés hablar de que sos un profesional pero a secas, pero jamás podrás decir que sos profesional liberal=libertad, a menos que algún miércoles te atrevás, aunque sea una vez y sin ningún motivo, a quedarte en cama hasta el mediodía.

El costo del desarrollo.
Para ir de mi casa a mi actual trabajo, se necesitaba por lo menos de 45 minutos, pero ahora, con la construcción de la nueva carretera, sólo me toma 10 minutos para llegar a mi destino diario. Antes tenía que recorrer caminos mal asfaltados e incluso de terrecería que me dejaban molidas las nalgas, sin embargo, reconozco que eran caminos nobles y agradecidos que me recompensaban con paisajes apacibles, llenos de árboles y vida silvestre. Hoy la carretera se adecua más a la vida moderna de ir entre 100kmh y 120kmh, y eso está muy bien, incluso me ha dado la oportunidad de ver por primera vez en mi vida una ardilla en libertad, lástima que sólo fue por menos de un segundo, porque después de que el bus en el que iba pasara cerca de ella, sólo quedó una mancha impresionista rojo y pardo adherida en el asfalto de la carretera.

Antídoto para acabar con existencias vacías.
Sabía que las respuesta a mis dudas se encontraba dentro de ese cajón, estaba seguro que allí había un escrito maravilloso o un fajo de billetes de cien, que si bien no resolverían mis problemas ayudarían a no sentirlos tan pesados. Abrí el cajón, la intuición no me falló, adentro había un sobre de papel Manila sellado que contenía una pequeña caja de latón, lo palpé por unos segundos, lo alcé, y para mi sorpresa la pequeña caja era más pesada de lo que creí inicialmente, acaricié con mi mejilla su cubierta. Las manos me temblaban, porque sabía que allí estaba la respuesta. Busqué las tijeras, corté lentamente el papel amarillento, y extraje la pequeña caja de latón. La cajita tenía impresas en letras muy pequeñas, un mensaje indescifrable: “Viên nén: "Nếu bạn thấy rằng những gì được tìm." Antidote để kết thúc cổ phiếu không có sản phẩm nào”, no entendí nada, pero igual, anoté en un post-it lo que decía con el propósito de investigar su origen y contenido, y la volví a guardar. Han pasado cinco años después de esa experiencia, y durante ese tiempo jamás ha dejado de acompañarme el post-it, adherido en mi billetera. Ahora estoy trabajando en una Escuela de Español en mi ciudad, y a cada extranjero que conozco le pregunto sobre si reconoce el origen y el significado del misterioso mensaje, ninguno ha sabido responderme, a excepción, tal vez, del viejo Rubén, quien con su amable sonrisa y unas palmadas en la espalda no me dijo nada. Debo admitir con resignación mi curiosidad infructuosa, pero también tengo que reconocer que diga lo que diga el mensaje ya no importa, la búsqueda me ha dado el deseo irrefrenable de vivir por encontrar su significado.

(Imagen tomada de www.jorgeletralia.blogsome.com autor Luis Scafati)

4 comentarios:

Marianela... dijo...

Me sorprenden cada vez más tantas convergencias y es que viajar cada día...(porque cada día es un viaje), observándolo todo más allá de lo evidente y cuestionarse cada milímetro... respirar, pensar y escribir hace del ejercicio interpelador del alma y la conciencia un goce y a veces una angustia...pero es bello saber que los convencionalismos y las palabras que a veces se han vuelto un sinsentido...son cuestionadas a fondo como un rompecabezas necesario de rearmar a nuestra manera, lleno de curiosidad y de búsqueda...y de pronto zas! sale una figura distinta a modo de voz necesaria que debe escabullirse entre la multitud y las "verdades" que no lo son tanto cuando podemos atrevernos a ser un porquito más libres de verdad... Un abrazo mi querido Zé

Krasznai Judit Anna dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Krasznai Judit Anna dijo...

Me ha gustado muchísimo esta entrada!!! :D Csók! ;D

Krasznai Judit Anna dijo...

Tanto que mandé el comentario dos veces :D